Pro Francisco

Francisco: “Ningún rebaño puede renunciar a un hermano; el pastor siempre irá a buscar a la oveja perdida”

Francisco: “Ningún rebaño puede renunciar a un hermano; el pastor siempre irá a buscar a la oveja perdida”


(Jesús Bastante).- ¿Quiénes son las ovejas perdidas, quiénes los buenos pastores? El
Papa Francisco evocó esta mañana, durante la audiencia general en la
plaza de San Pedro, la parábola del "Buen Pastor", el que "abandona" a
las 99 y se va en busca de la oveja perdida. Pese a las críticas de los
"doctores de la ley", que no entendían, Bergoglio subraya, potente, que "ningún rebaño puede renunciar a un hermano", pues "el pastor siempre irá a buscar a la oveja perdida".


Mañana soleada en San Pedro. Decenas de miles de fieles acuden a escuchar al profeta de la misericordia. Francisco bendice y sonríe,
ordena al conductor del jeep móvil, y al sempiterno jefe de seguridad,
Domenico Gianni que se detenga a cada rato para saludar, abrazar, besar a
cada niño. Recibe un corazón de papel de una de ellas, recoge cartas de
sus compatriotas argentinos. Se le nota feliz al contacto con la gente, especialmente de los más pequeños. También se frena al pasar al lado de las personas con discapacidad.


A medida que se va aproximando al altar de la plaza de San Pedro, el auto se va deteniendo, como si Francisco prefiriera quedarse en medio del rebaño.
Una vez sentado, el rostro mudado, serio y concentrado, antes de
pronunciar una vibrante catequesis que en esta ocasión giró en torno al
Evangelio de la oveja perdida -y reencontrada- y las otras noventa y
nueve.


"Todos conocemos la imagen del buen pastor, que carga sobre sus espaldas la oveja perdida",
arrancó el Papa, quien insistió en que esta imagen "representa la
solicitud de Jesús con los pecadores y la misericordia de Dios que no se
resigna a perder a ninguno". "Jesús no nos deja nunca solos", proclamó,
señalando que "su cercanía a los pobres no debe escandalizar, al contrario: ha de provocar en todos una serie reflexión sobre cómo vivimos nuestra fe".


En la parábola, los pecadores se acercan a Jesús "para escucharlo"; al otro lado, "los doctores de la ley, que sospechan y se disgustan por este comportamiento, que se enfadan porque Jesús se acercaba a los pecadores. Eran orgullosos, soberbios, se creían justos", denuncia el Papa.


En la parábola, se observan tres personajes: el pastor, la oveja
perdida y el resto del rebaño. "El pastor es el único protagonista, y
todo depende de él. ¿Qué debo hacer si tiene cien ovejas y pierdo una,
no deja las 99 en el desierto y va en busca de la perdida hasta que la
encuentra? Es una paradoja, que induce a dudar sobre el pastor",
reconoció Bergoglio


"¿Es bueno abandonar a las 99 por una sola? ¿Dejarlas en el
desierto? Según la tradición bíblica -explicó el Papa- el desierto es
lugar de muerte.... ¿Por qué deja a las 99 indefensas? El pastor,
recuperada a la oveja, se la carga a sus espaldas, llama a sus amigos y
vecinos para que se alegren con él". Y es que, "lo que Jesús nos dice es que ninguna oveja puede andar perdida".


 



 


"El Señor no puede resignarse a que una sola persona pueda perderse. Es por eso que Jesús va en busca de los hijos perdidos,
para buscar la vuelta de todos", señaló, porque "es un deseo
irrefrenable de Dios. Algunos podrán pensar: tengo 99, sólo pierdo una,
no es tanta pérdida. No. Hay que encontrarla, porque una es muy
importante para él. La más abandonada, la más perdida, él va a
encontrarla".


"La misericordia de Dios es absolutamente fiel. Nadie nunca, podrá destruir su voluntad de salvación", proclamó el Papa, quien insistió en que si queremos encontrar a Dios, "debemos buscarle allá donde está la oveja descarriada".


Y es que "Dios no conoce nuestra actual cultura del descarte, no le entra en la cabeza. Dios no descarta a nadie. Dios ama a todos, busca a todos, uno por uno. Él no conoce la palabra "descartar",
porque es todo amor y misericordia", apuntó Francisco, quien recordó
que Jesús "siempre está en camino: no puede eludir o aprisionar al Señor
en nuestros esquemas o estrategias. El pastor siempre irá a buscar a la
oveja perdida. El Señor irá a buscarnos donde pueda encontrarnos, no donde queramos".


Un camino que sigue "la vía de la misericordia del pastor". Mientras
busca a la oveja perdida, "provoca a las otras 99 a que trabajen para
estar todos juntos". Y, así, "todo el rebaño seguirá al pastor hasta su
casa para celebrar con amigos y vecinos".


Y es que, muchas veces, "en la comunidad cristiana siempre hay quien
critica esta opción", que piensa que "hay pérdidas inevitables,
enfermedades sin remedio". "Este es el peligro que corremos, el de estar
en un rebaño que no tiene claro el dolor de los otros". Por ello,
proclamó, "los cristianos no debemos ser un rebaño cerrado. Nunca las puertas cerradas. Corremos
el riesgo de encerrarnos en un redil de las ovejas, con los 'justos',
en el que habrá el olor de las ovejas, ¡pero el olor a cerrado!
". Ante esto, el Papa advirtió, en el saludo en portugués, contra "la tentación de prescindir de los otros".


"Esto sucede cuando falta el deseo misionero. En la visión de Jesús, no hay nadie definitivamente perdido. Ninguno está definitivamente perdido.
Hasta el último momento, Dios se acerca. Pensad en el buen ladrón". Por
ello, clamó por comunidades "abiertas, estimulantes, creativas", que
emprendan "un camino de fraternidad", y que "nunca puede renunciar a un
hermano".


 



 


Este fue el saludo del Papa en español



Queridos hermanos y hermanas:
Delante de los Fariseos que se
escandalizaban de su relación con los pecadores, Jesús les propone esta
paradoja: «¿Quién de vosotros, si se le pierde una oveja, sería capaz de
dejar a las 99 en el desierto para ir a buscarla? Fíjense que no dice
que las deja en el redil, en un lugar seguro, sino en el desierto, sin
agua, sin comida, a merced de las fieras y ladrones. No parece sensato, y
sin embargo así hace el buen Pastor. No se preocupa de poner a salvo
primero al resto del rebaño, sino que va de inmediato en busca de la
oveja perdida y la lleva a casa sobre sus hombros.


Muchas veces también nosotros nos escandalizarnos de esta actitud
aparentemente inconsciente del Señor, pero hay una razón para este modo
de actuar. No podemos exigir al Señor que permanezca con nosotros,
olvidándose del otro; nadie puede sujetarle, frenar su amor por todos.
Si queremos "tenerle", debemos seguirlo, seguirlo allí donde se
encuentra la oveja descarriada, si nos movemos con él, también nosotros
haremos fiesta al encontrarla y volver juntos a casa.


***
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en
particular a la peregrinación interdiocesana de Mérida-Badajoz y
Coria-Cáceres acompañados de sus Obispos Mons. Celso Morga y Francisco
Cerro, así como a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.
Cada uno de nosotros es esa oveja que el Señor lleno de misericordia ha
querido cargar sobre sus hombros para llevarla a casa y, al mismo
tiempo, cada uno hemos sido llamados a recoger junto al Buen Pastor a
toda la grey, para participar todos de su alegría. Que Dios los bendiga.



 








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